////// Año XVIº /// Editor Anónimo: Daniel Ares /// "Prefiero ser martillo que yunque", Julio Popper ///

jueves, 8 de septiembre de 2011

MEMORIAS DE UN MERCENARIO - HOY: "UN INFIERNO INTERIOR", (a propósito del Caso Candela).


* * *
El periodismo es un negocio de extorsión, la prensa libre no existe, y estamos todos rodeados”; fue dicho en el post del 10/11, Una puta inmaculada, que sirve de introducción a esta sección, y donde a la vez anunciábamos estos rápidos relatos destinados a refrendar con hechos las palabras, porque una buena historia vale más que mil imágenes. El autor se retiró de lo que gusta llamar "el periodismo industrial", no arrepentido, pero si medio asqueado, al cabo de 25 años de oficio.
De su experiencia, estos recuerdos.



* * *


El Martiyo Producciones presenta…


"Memorias de un mercenario"
 




“Los mercenarios que he tratado, y con quienes a veces he compartido la vida, combaten de los veinte a los treinta años para rehacer el mundo. Hasta los cuarenta, se baten por sus sueños y por esa idea que de sí mismo se han inventado. Después, si no han dejado la piel en la batalla, se resignan a vivir como todo el mundo –a vivir mal, porque no cobran ningún retiro- y mueren en su lecho de una congestión o de una cirrosis hepática. El dinero nunca les interesa, la gloria rara vez, y se preocupan muy poco de la opinión que merecen a sus contemporáneos. En esto es en lo que se distinguen de los demás hombres”.

Jean Lartéguy 

* * *


Hoy: "Un infierno interior"




Todo crimen es en sí mismo y objetivamente un compendio de horrores execrables, pero desde el punto de vista mediático, hay crímenes mejores y peores, más o menos importantes, y hasta los hay también, aún horribles, sin embargo insignificantes.
Es importante un caso, según el tiempo que soporte en la tapa de los diarios. De ahí para abajo, o hacia adentro, su importancia decrece.
Para que soporte mucho tiempo la tapa de los diarios, conviene que el crimen contenga sangre, sexo, poder, dinero, y política, y dos o tres si no todas estas variantes, ya que cuanto menos contenga, menos importará y más rápido será olvidado.
Pocos casos lo contienen todo, aunque el buen cronista intentará que así sea. Desde luego, por mucha que fuera su imaginación y mala leche, sin realidades que lo sostengan, antes que después el caso se le desinfla. En periodismo, muchas veces, es muy triste la verdad.
El Caso Candela, de reciente y aún actual exposición, será olvidado pronto, me animo a decir, hoy, 7 de setiembre, apenas pasen las elecciones del próximo octubre, sino antes.
Pese a los denodados esfuerzos de Clarín y La Nación, las implicancias políticas no existen, y la verdad se les reduce a las intrigas que surgen sin parar del propio entorno de la víctima. Las críticas a la impericia policial, los tiros por elevación al gobierno de la provincia, etc, ya no funcionan, el caso no les sirve, su espanto no importa. No rinde. La máquina de mentir no funciona así tan fácil.
Un buen caso, por ejemplo, es el caso Belsunce, porque no tiene política, pero le sobra sangre, dinero, y hay pasiones y lujo y traiciones familiares y una trama que se complica a medida que se aclara… pero nos sorprendería una rápida lista de nada más diez de esos casos que tuvieron en vilo al país por más de una semana, y que hoy nadie recuerda. No es trabajo para estas memorias.
Estas memorias confesionales tienen otro propósito, expiar viejos pecados de guerra, y antes aún, ilustrar a los jóvenes que se inician en el oficio con relatos de recuerdos que mejor que mil consejos, les avisen los peligros de la batalla, y sus horrores íntimos...
Porque puestos a recordar grandes casos policiales, pido la voz y el silencio porque yo he participado activa y ferozmente del caso policial más importante de la Argentina –siempre mediáticamente hablando-, y que aún hoy, cerrado sin resolverse, veinte años después, no termina de olvidarse.
Me refiero al Caso María Soledad Morales, del cual ya hice mi primer descargo en el episodio titulado Mea Culpa. No voy a repetir aquí cosas que ya conté ahí, pero vale sí una rápida composición de lugar, y hora.
San Fernando del Valle de Catamarca, 1991, María Soledad Morales, 17 años, alumna del colegio religioso más importante de la ciudad, aparece una mañana de lunes a metros de la ruta principal asesinada, desfigurada, violada y torturada.
Hasta entonces la dinastía Saadi gobernaba la provincia más o menos desde que había provincia. Pero entonces cuatro de los hijos del poder son señalados como sospechosos, esto involucró al gobierno nacional, y allí la prensa grande, toda, se dio un festín que no se daba desde los días de la guerra.
Es mucho lo que podría contarles de aquel caso, y sobre todo, de aquella cobertura, pero me voy a limitar aquí a una sola anécdota que pretende ilustrarle, al novato, de qué somos capaces los periodistas cuando la mente duerme y el músculo y la ambición no descansan.
Pasé ese verano entero enviado allí por la revista Noticias de la Editorial Perfil, de Jorge Fonteveccia.
La revista, como hoy, pretendía, por diseño, ser la Newsweek o algo así al sur del Colorado… Pero la sustancia de sus páginas satinadas a cuatro colores, eran pura basura; precariedad de medios para el trabajo, escasez de tropa, no permitían investigar con la seriedad que sin embargo sí anunciábamos, y que por otro lado, no hacía falta tampoco. La información se editaba según los ánimos o los caprichos, y las más de las veces, claro, según los negocios de Fonteveccia y nada más.
En esencia, y en rigor, nuestro trabajo consistía en rastrear los argumentos que permitieran sostener lo que Fonteveccia decía sin argumentos. Y Fonteveccia no más decía lo que su público, según él, gustaba escuchar.
Con esos principios y objetivos se cubrió también el caso María Soledad. Y dijera Whitman: “Yo fui el hombre, yo estuve allí”
El caso tenía de todo, sangre, política, poder, sexo, dinero, pobres y ricos, pasiones, infidelidades, orgías y más mentiras, y hasta el novedoso halo del gran narcotráfico por detrás, como un telón de fondo que anunciaba sin mostrar más y mejores maravillas…
Era tan bueno el caso, que no duró días ni semanas, sino meses y años, y los que estuvimos allá, sabemos que no terminó todavía, que algún día algo allí muy oscuro, quedará de golpe muy claro…
Tan bueno era el caso, en medio de un verano sin romances, suicidios ni divorcios, que toda la prensa grande saturó enseguida los hoteles, y fuimos los ángeles de la bendición de todo los restorantes, los bares y las putas de la ciudad…
La competencia entre los medios era tal, que ninguno se despegaba de ninguno por temor a que el otro tuviera lo que a uno le faltaba, y así cualquier rumor, en la psicosis de los días sin dormir y las trasnoches sin parar, cobraba la importancia de una primicia exclusiva…
El rating y las ventas subieron a tal punto, que Fonteveccia, con el olfato de las grandes aves, hacia el final del verano, más vivo que el viento, decidió un número especial dedicado exclusivamente al caso. Un éxito.
Cuando me lo avisaron, era domingo, yo estaba allí solo, apenas con un fotógrafo, pero para mi tranquilidad me dijeron que ente lunes y martes llegaban refuerzos.
El viernes debíamos cerrar sesenta páginas.
Llegaron dos refuerzos, cuatro con los fotógrafos, y el lunes, tal cual habían prometido, sí… pero traían vagas ideas lejanas del caso, y uno de ellos, y los dos fotógrafos, no conocían la ciudad.
Pero el viernes como campeones el número estaba cerrado, el domingo en los kioscos, y antes del martes ya agotaba su primera edición, Un éxito.
Ese número especial de Noticias tiene que estar por ahí todavía, y si alguien se tomara alguna vez el trabajo de estudiarlo bien y decodificarlo, advertiría magníficas incongruencias de tiempo y de lugar, de testimonios y descripciones entre notas que hablaban sin embargo de lo mismo. Y a eso le llamamos un éxito.
En un momento. desde Buenos Aires, mi superior al comando de la operación en el cuartel central, me llama y encomienda, en medio de las balas, una nueva, dura y delicada misión. Me dice así (lo recuerdo, creo, textual):
-- Jorge quiere fotos de la madre llorando, pero en primer plano… porque de lejos tenemos un montón, pero no tienen fuerza, y la queremos para la tapa… a ver si la conseguís…
Meter una tapa es todo un logro para cualquier novato, pero casi una obligación para un veterano que se supone está de vuelta de esas cosas (nunca hay paz en la batalla, más bien).
Tal vez algún día les cuente detalles y paisajes del infierno interior que crucé para conseguir aquella foto, pero la conseguí, no fue tapa por un problema de luz, pero si abrió una las notas centrales en página al corte. Un éxito, sí.
Sin embargo, ya lo ven, todavía me cuesta hablar de eso… un mercenario como yo, ya retirado y bien curtido, lleno de cicatrices y medallas, y aún así…
Porque el músculo se calma y la ambición por fin descansa, pero entonces puede que la mente despierte, y… son cosas que el novato, ante cualquier crimen, siempre hará bien en recordar.

(continuará)


* * *

miércoles, 7 de septiembre de 2011

"Más de 1000 Palabras". Hoy: "Intereses comunes", con Barak Obama y Nicolás Sarkozy

El Martiyo Producciones Presenta...

*Más de 1000 Palabras*
(galería de imágenes)


Título:


"Intereses comunes"

Barak Obama, Nicolás Sarkozy, y una chica color guinda.
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MEMORIAS DE UN MERCENARIO - Hoy: "UN INFIERNO INTERIOR", (a propósito del caso Candela).


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El periodismo es un negocio de extorsión, la prensa libre no existe, y estamos todos rodeados”; fue dicho en el post del 10/11, Una puta inmaculada, que sirve de introducción a esta sección, y donde a la vez anunciábamos estos rápidos relatos destinados a refrendar con hechos las palabras, porque una buena historia vale más que mil imágenes. El autor se retiró de lo que gusta llamar "el periodismo industrial", no arrepentido, pero si medio asqueado, al cabo de 25 años de oficio.
De su experiencia, estos recuerdos.



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El Martiyo Producciones presenta…


"Memorias de un mercenario"
 




“Los mercenarios que he tratado, y con quienes a veces he compartido la vida, combaten de los veinte a los treinta años para rehacer el mundo. Hasta los cuarenta, se baten por sus sueños y por esa idea que de sí mismo se han inventado. Después, si no han dejado la piel en la batalla, se resignan a vivir como todo el mundo –a vivir mal, porque no cobran ningún retiro- y mueren en su lecho de una congestión o de una cirrosis hepática. El dinero nunca les interesa, la gloria rara vez, y se preocupan muy poco de la opinión que merecen a sus contemporáneos. En esto es en lo que se distinguen de los demás hombres”.

Jean Lartéguy 

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Hoy: "Un infierno interior"



Todo crimen es en sí mismo y objetivamente un compendio de horrores execrables, pero desde el punto de vista mediático, hay crímenes mejores y peores, más o menos importantes, y hasta los hay también, aún horribles, sin embargo insignificantes.
Es importante un caso según el tiempo que soporte en la tapa de los diarios. De ahí para abajo, o hacia adentro, su importancia decrece.
Para que soporte mucho tiempo la tapa de los diarios, conviene que el crimen contenga sangre, sexo, poder, dinero y política, y dos o tres si no todas estas variantes, ya que cuanto menos contenga, menos importará y más rápido será olvidado.
Pocos casos lo contienen todo, aunque el buen cronista intentará que así sea. Desde luego, por mucha que fuera su imaginación y mala leche, sin realidades que lo sostengan, antes que después el caso se le desinfla. En periodismo, muchas veces, es muy triste la verdad.
El Caso Candela, de reciente y aún actual exposición, será olvidado pronto, me animo a decir, hoy, 7 de setiembre, apenas pasen las elecciones del próximo octubre, sino antes.
Pese a los denodados esfuerzos de Clarín y La Nación
, las implicancias políticas no existen, y la verdad se les reduce a las intrigas que surgen sin parar del propio entorno de la víctima. Las críticas a la impericia policial, los tiros por elevación al gobierno de la provincia, etc, ya no funcionan, el caso no les sirve, su espanto no importa. No rinde. La máquina de mentir no funciona así tan fácil.
Un buen caso, por ejemplo, es el caso Belsunce, porque no tiene política, pero le sobra sangre, dinero, y hay pasiones y lujo y traiciones familiares y una trama que se complica a medida que se aclara… pero nos sorprendería una rápida lista de nada más diez de esos casos que tuvieron en vilo al país por más de una semana, y que hoy nadie recuerda. No es trabajo para estas memorias.
Estas memorias confesionales tienen otro propósito, expiar viejos pecados de guerra, y antes aún, ilustrar a los jóvenes que se inician en el oficio con relatos de recuerdos que mejor que mil consejos, les avisen los peligros de la batalla, y sus horrores íntimos...
Porque puestos a recordar grandes casos policiales, pido la voz y el silencio ya que un servirdor participó activa y ferozmente en el caso policial más importante de la Argentina –siempre mediáticamente hablando-, y que aún hoy, cerrado sin resolverse, veinte años después, no termina de olvidarse.
Me refiero al Caso María Soledad Morales, del cual ya hice mi primer descargo en el episodio titulado Mea Culpa. No voy a repetir aquí cosas que ya conté ahí, pero vale sí una rápida composición de lugar, y hora.
San Fernando del Valle de Catamarca, 1991, María Soledad Morales, 17 años, alumna del colegio religioso más importante de la ciudad, aparece una mañana de lunes a metros de la ruta principal asesinada, desfigurada, violada y torturada.
Hasta entonces la dinastía Saadi gobernaba la provincia más o menos desde que había provincia. Pero entonces cuatro de los hijos del poder son señalados como sospechosos, esto involucró al gobierno nacional, y allí la prensa grande, toda, se dio un festín que no se daba desde los días de la guerra.
Es mucho lo que podría contarles de aquel caso, y sobre todo, de aquella cobertura, pero me voy a limitar aquí a una sola anécdota que pretende ilustrarle, al novato, de qué somos capaces los periodistas cuando la mente duerme y el músculo y la ambición no descansan.
Pasé ese verano entero enviado allí por la revista Noticias de la Editorial Perfil, de Jorge Fonteveccia.
La revista, como hoy, pretendía, por diseño, ser la Newsweek o algo así al sur del Colorado… Pero la sustancia de sus páginas satinadas a cuatro colores, eran pura basura; precariedad de medios para el trabajo, escasez de tropa, no permitían investigar con la seriedad que sin embargo sí anunciábamos, y que por otro lado no hacía falta tampoco. La información se editaba según los ánimos o los caprichos, y las más de las veces, claro, según los negocios de Fonteveccia y nada más.
En esencia, y en rigor, nuestro trabajo consistía en rastrear los argumentos que permitieran sostener con argumentos lo que Fonteveccia decía sin argumentos. Y Fonteveccia no más decía lo que su público, según él, gustaba escuchar.
Con esos principios y objetivos se cubrió también el caso María Soledad. Y dijera Whitman: “Yo fui el hombre, yo estuve allí”
El caso tenía de todo, sangre, política, poder, sexo, dinero, pobres y ricos, pasiones, infidelidades, orgías y más mentiras, y hasta el novedoso halo del gran narcotráfico por detrás, como un telón de fondo que anunciaba sin mostrar más y mejores maravillas…
Era tan bueno el caso, que no duró días ni semanas, sino meses y años, y los que estuvimos allá, sabemos que no terminó todavía, que algún día algo allí muy oscuro, quedará de golpe muy claro…
Tan bueno era el caso, en medio de un verano sin romances, suicidios ni divorcios, que toda la prensa grande saturó enseguida los hoteles, y fuimos los ángeles de la bendición de todos los restorantes, los bares y las putas de la ciudad…
La competencia entre los medios era tal, que ninguno se despegaba de ninguno por temor a que el otro tuviera lo que a uno le faltaba, y así cualquier rumor, en la psicosis de los días sin dormir y las trasnoches sin parar, cobraba la importancia de una primicia exclusiva…
El rating y las ventas subieron a tal punto, que Fonteveccia, con el olfato de las grandes aves, hacia el final del verano, más vivo que el viento, decidió un número especial dedicado exclusivamente al caso. Un éxito.
Cuando me lo avisaron, era domingo, yo estaba allí solo, apenas con un fotógrafo, pero para mi tranquilidad me dijeron que ente lunes y martes llegaban refuerzos.
El viernes debíamos cerrar sesenta páginas.
Llegaron dos refuerzos, cuatro con los fotógrafos, y el lunes, tal cual habían prometido, sí… pero traían vagas ideas lejanas del caso, y uno de ellos, y los dos fotógrafos, no conocían la ciudad.
Pero el viernes como campeones el número estaba cerrado, el domingo en los kioscos, y antes del martes ya agotaba su primera edición, Un éxito.
Ese número especial de Noticias tiene que estar por ahí todavía, y si alguien se tomara alguna vez el trabajo de estudiarlo bien y decodificarlo, advertiría magníficas incongruencias de tiempo y de lugar, de testimonios y descripciones entre notas que hablaban sin embargo de lo mismo. Y a eso le llamamos un éxito.
En un momento. desde Buenos Aires, mi superior al comando de la operación en el cuartel central, me llama y encomienda, en medio de las balas, una nueva, dura y delicada misión. Me dice así (lo recuerdo, creo, textual):
-- Jorge quiere fotos de la madre llorando, pero en primer plano… porque de lejos tenemos un montón, pero no tienen fuerza, y la queremos para la tapa… a ver si la conseguís…
Meter una tapa es todo un logro para cualquier novato, pero casi una obligación para un veterano que se supone está de vuelta de esas cosas (nunca hay paz en la batalla, más bien).
Tal vez algún día les cuente detalles y paisajes del infierno interior que crucé para conseguir aquella foto, pero la conseguí, no fue tapa por un problema de luz, pero si abrió una las notas centrales en página al corte. Un éxito, sí.
Sin embargo, ya lo ven, todavía me cuesta hablar de eso… un mercenario como yo, ya retirado y bien curtido, lleno de cicatrices y medallas, y aún así…
Porque el músculo se calma y la ambición por fin descansa, pero entonces puede que la mente despierte, y… son cosas que el novato, ante cualquier crimen, siempre hará bien en recordar.

(continuará)


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ANÉKDOTAS. OTRA DE PICASSO - HOY: "Chino básico"

Anékdotas

Hoy: “Chino básico”


Con Pablo Picasso


En una de sus muestras Picasso queda por un instante junto a una señora que frente a uno de sus cuadros admite su propia ignorancia, y le dice:
-- Para mí, la verdad, esto es chino…
Picasso le informa:
-- Señora… el chino se aprende.

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ESCRITOR X ESCRITOR - HOY: YUKIO MISHIMA X MARGUERITE YOURCENAR.

ESCRITOR POR ESCRITOR


Aunque más no fuera por alentar o sostener o cuando menos celebrar esa magnífica fraternidad fuera del tiempo y del espacio que suscita la escritura entre escritores, aquí El Martiyo presenta esta sección que fija, recorta y comparte, en fragmentos preciosos, pedacitos de ese platónico amor de verdad desinteresado, de verdad espiritual, de verdad eterno… de verdad amor.
Escritor x escritor, como Destellos Ajenos, es un espacio inmejorablemente escrito, porque lo escriben los mejores de la especie, sólo que aquí los unos elevan a los otros elevándose así en prueba de una generosidad como la que soñaba don Antonio Machado, cuando “la monedita del alma, se pierde si no se da”.



ESCRITOR x ESCRITOR


Yukio Mishima x Marguerite Yourcenar:


Yukio Mishima


"Siempre es difícil juzgar a un escritor contemporáneo: carecemos de perspectiva. Y aún es más difícil juzgarlo si pertenece a una civilización que no es la nuestra y con lo cual entran en juego el atractivo del exotismo y la desconfianza ante el exotismo. Estas posibilidades de equívoco aumentan cuando, como ocurre con Yukio Mishima, el escritor ha absorbido ávidamente los elementos de su propia cultura y los de Occidente; y, en consecuencia, lo que para nosotros es normal y lo que para nosotros es extraño se mezclan en cada obra en unas proporciones diferentes y con unos efectos y unos aciertos de lo más diversos… Hay dos clases de seres humanos: aquellos que apartan la muerte de su pensamiento para vivir mejor y más libremente, y aquellos que, por el contrario, sintiéndose más fuertes y sabios de su existencia, la acechan ante cada señal que ella les ofrece a través de las sensaciones de su cuerpo o el azar del mundo exterior. Estas dos clases de espíritus no se amalgaman. Lo que unos llaman una manía mórbida es para los otros una disciplina heróica. Queda en manos del lector el formarse una opinión."



("Mishima, o la visión del vacío", fragmento)


Marguerite Yourcenar

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martes, 6 de septiembre de 2011

LAS CHICAS DEL MARTIYO... o la patria en baby doll...



“Las Chicas”
Esta chica nos gusta porque lleva los colores argentinos...
Vendría a ser la patria en baby doll.

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lunes, 5 de septiembre de 2011

COLAPSÓ JOAQU-INMORALES SOLÁ (fue primicia de El Martiyo)



Apenas el lunes pasado avisábamos que algo muy en el fondo de la mente de Inmorales Solá, cedía, y se venía… Nadie hizo nada. Ni los dueños de La Nación, ni el Instituto Argentino de Lucha contra el Delirio, nadie. Así ayer, ido del todo, en su columna de los domingos, Inmorales como si nada nos narra experiencias extrasensoriales, habla de libros que nadie escribió, y cuenta qué le dicen los fantasmas.

BALADA PARA UN LOCO (II)



Es difícil escribir entre carcajadas, y no está bien reírse de la desgracia ajena, pero aquí otro anticipo del Martiyo que se cumple: Joaqu-Inmorales Solá perdió por completo el control de sus nervios, tal cual advertimos hace tan poco en nuestro post Balada para un loco.
Allí avisábamos apenas el lunes pasado, que Inmorales ya no estaba mentalmente entre nosotros, y nadie hizo nada, y por lo tanto, el cuadro, tal cual lo prevismos, se agravó, y ayer, desde La Nación –cuyos dueños también parecen shockeados o aturdidos- nos narra sus raros contactos con no menos raras disciplinas y entidades simplemente inexistentes.
De arranque titula "El manual de estilo kirchnerista", manual que, como todo el mundo sabe, no fue escrito ni publicado nunca, y por lo tanto, sencillamente, no existe.
Así nomas entonces, a partir de un libro irreal, allí nos habla de una ciencia que debemos colegir idem: La kirchnerología.
Y como si nada pasara, dice Inmorales:
“La kirchenerología sostiene que un gen suicida convive con los gobernantes de los últimso años”, luego allí, a continuación de esta premisa de incierta realidad, se despacha con una serie de conjeturas, inválidas por lo tanto.
Más abajo, al cabo de no pocos párrafos similares -donde afirmaciones no demostradas dan lugar a razonmientos no demostrables-, en un momento Inmorales, siempre en defensa exclusiva de “los principales medios”, declara, entre solitarios redobles, cual Napoleón de hospicio: "El kirchnerismo es una cantera inagotable de fanáticos que andan sueltos (o no tan sueltos), dispuestos a perpetrar la venganza personal en nombre de modelos, de líderes fundacionales o de cruzadas ideológicas”.
Y eso lo dice porque el ministro Randazzo le pidió al maleducado cronista de La Nación que lo trate con respeto. (Ver El soldadito desconocido). 
En otro párrafo… después... hablando de…
(se hace difícil escribir entre carcajadas)
En otro párrafo, ya fantástico, nos revela que en realidad La Política no es una práctica, una actividad, un abstracto, no: ¡es un ente!, un ente que habla, y que habla con él y le cuenta cosas, le dice por ejemplo que bautiza sus propias creaciones de él, ¡oh!: “La política le ha puesto un nombre al proyecto oficialista de domesticar a los críticos”, (no queremos imaginar la preocupante sonrisita que esboza mientras escribe), y allí nomás, fuera de sí por fin, histérico, despechado, tracionado, la embiste contra el presidente de la Unión Industrial Ignacion Mendiguren, y publica sin más el nombre que "La Política le contó que le puso a lo que él inventa: “Lo llama la mendigurización de todos los discursos públicos”.
Desatado sigue y se va, nos habla de un país que se hunde, sueña con un porvenir de espanto, el desmoronamiento de toda la realidad que él dice que no es, y así, envuelto en sus propias visiones, se nos deshace en un amasijo informe de miedos, odios, mentiras y delirios… pobre Inmorales... de pronto ve cosas, niega lo que sucede mientras describe lo que no ocurre, muerde la mano que recién besaba, conversa con fantasmas…
Está mal reírse de la desgracia ajena, es cierto… pero es que se hace muy difícil escribir entre carcajadas...




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LOS CHISTES DE BORGES... y las bestias de Hollywood....

Los chistes de Borges



Cuando le preguntan a María Kodama qué es lo que más extraña de Borges, ella no duda en responder: “su sentido del humor”. Uno de los hombres más divertidos de la historia del hombre, sin embargo, decidió pasearse por su siglo disfrazado de viejo aburrido, sin romances rimbombantes ni escándalos de vodeville, con su traje siempre gris, su bastón y su ceguera, su hablar lerdo y trabado, y su genio camuflado de sabio que no sabe. No es arbitrario pensar que esa sola caracterización, única y total, fuera su más secreta y grande broma.





Recurrimos otra vez a su obra como prueba de la naturaleza natural de su sentido del humor.
En 1932, en su libro Discusión, recopila una serie de artículos y ensayos. En uno de ellos, bajo el título El Dr. Jekyll y Edward Hyde transformados, comenta el film El hombre y la bestia, protagonizado por Spencer Tracy, y nos dice:

“Hollywood, por tercera vez, ha difamado a Robert Louis Stevenson. Esta difamación se titula El hombre y la bestia, la ha perpetrado Víctor Fleming, que repite con aciaga fidelidad los errores estéticos y morales de la versión (de la perversión) de Mamoulian. Empiezo por los últimos, los morales. En la novela de 1886, el doctor Jekill es moralmente dual, como lo son todos los hombres, en tanto que su hipóstasis –Edward Hyde- es malvada sin tregua y sin aleación; en el film de 1941, el doctor Jekyll es un joven patólogo que ejerce la castidad, en tanto su hipóstasis –Hyde- es un calavera, con rasgos de sadista y de acróbata”.


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LOS 7 PECADOS EN 7 FOTOS Y UN SOLO CLIC...

El Martiyo Producciones Presenta...


* LOS 7 PECADOS EN 7 FOTOS *


Aquí en un sólo clic toda la serie de esta sección gráfica y finita inspirada en ese poético invento católico de los 7 pecados capitales, que tantas ficciones, dramas y comedias, conflictos y prejuicios han inspirado a su vez, sin que se les conozca ningúna otra razón más o menos positiva...
Aquí entonces, para ver, reflexionar, cortar o pegotear, los 7 pecados en 7 fotos y un solo -y valiente- clic...
(Pecar sería huir)

FOLLETÍN HISTÓRICO: WATERLOO: CAPÍTULO FINAL: "LA GEOMETRÍA DE UN TIFÓN".

El Martiyo Plus Presenta...



WATERLOO
-crónica de los 3 días que cambiaron el mundo-

Capítulo V

La geometría de un tifón



Por Daniel Ares



"Waterloo fue algo más que una batalla,
fue un cambio de frente del universo".
Víctor Hugo, Los miserables.


Un hombre que sólo quiere escribir igual debe ganarse la vida, y en tanto no alcance la fortuna con sus propias obras, no siempre escribirá sus propias obras. Por lo general, más bien, el escritor que no conmueve las librerías, por mucho que sí conmueva a sus selectos lectores, se ganará la vida, si no quiere dejar de escribir, escribiendo muchas cosas que no quiere escribir.
En mi caso la lista se pierde en el horizonte de la memoria. Recuerdo haber escrito libros –ya no hablamos de breves y rápidos artículos, sino de ¡libros!- sobre temas que no sólo desconocía por completo, sino sobre los cuales no tendría tiempo de aprender nada, cuando ya el libro estaba en la calle.
El seudónimo es un gran invento: no sólo encubre al escritor desesperado, sino que le permite al editor sacarle jugo a las baldosas, ya que en cada escritor, tiene infinitos escritores. Tantos, quizás, como acreedores tenga dicho escritor.
Sin embargo a veces, muy raras veces, el tema de la encomienda me era grato y por lo tanto conocido, y profundizar en él, y narrarlo, constituían un placer triple, porque a esos dos, se agregaba el dinero.
“Waterloo –crónica de los 3 días que cambiaron el mundo”, es uno de esos trabajos por dinero que lleva ese plus de lo que se hace además por placer.
Tal y como sostiene el subtítulo, no es un ensayo, ni una ficción, ni un análisis político o militar de la contienda, sino apenas la crónica periodística de los tres días de la batalla más famosa y más desconocida de la historia.
Hasta donde sé, este texto luego fue publicado en forma de libro por la editorial Planeta. Nunca lo vi.
Ahora, en versión virtual, ilustrada y corregida por su propio autor (y sin permiso de nadie, proque para eso es su autor), El Martiyo Plus presenta esta historia por entregas como en los días de gloria del folletín decimonónico, pero con los soportes propios del siglo XXI.
Y aquí El Martiyo, por su parte, recomienda su lectura.
En Waterloo acaba la inmensa jornada que fue para el mundo Napoleón Bonaparte, y nace la Europa moderna cuyo epílogo es la actualidad.
Por eso abre esa frase de Víctor Hugo: “Waterloo fue algo más que una batalla, fue un cambio de frente del Universo”.
Hoy el capítulo final, el capítulo cinco, "La geometría de un tifón", el día 100, y su epilogo, el día 101, el día despuès, el fin del fin.




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domingo, 4 de septiembre de 2011

TIEMPOS MODERNOS: el futuro que trajimos del pasado...

El Martiyo Producciones Presenta...


Tiempos Modernos XXX


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CLARÍN EMBISTE: EL ENEMIGO PÚBLICO ES EL PÚBLICO ENEMIGO


En el delirium tremens de la desesperación final, Clarín ya no distingue a quién le pega. Invulnerable Cristina, destruidos por ellos mismos los políticos de la oposición, ahora embisten contra la gente, y chau. Ya no hay Moyano ni Moreno, ya no se trata de un enemigo público, sino de todo lo contrario…

EL PÚBLICO ENEMIGO




“Antes del quebrantamiento, es la soberbia”.
Proverbios 16, 18


En un brote primero de la desesperación última, rabiosos desde el 14 de agosto, ya sin salida, Clarín ayer, en la pluma desplumada de su empleada Patricia Kolesnicov, la emprendió, por fin, contra la gente. Contra todos, contra cualquiera que se oponga. Ya era hora de sacarse el antifaz…
Y no se extrañe el lector: aún en la derrota total y su desbande siempre quedan oficiales que sueñan con su ascenso y su medalla. Así ayer Patricia Kolesnicov, en una defensa desesperada del Grupo que la emplea, expone su lógica, su nombre y su credibilidad, y allí los pierde. (La batalla es así).
Candidata de fierro a participar en nuestro certamen literario El Martillo en los Dedos – Premio Manco de Lepanto para Escritores Sin Manos, bajo el cansado título “Ante el fracaso, callen al mensajero”, la autora intenta lavar la deshonrosa participación de los grandes medios (del Grupo que la emplea), en el caso Candela. (Ver Juntacadáveres)
Fiel a Magnetto, pero imposibilitada de exculpar sus medios ante los hechos que todos asistimos, Kolesnicov recurre mejor a repartir culpas y exigir autocríticas, aúnque sólo para los demás. Y entonces les pega a todos los demás.
A la Bonaerense, bien; a los investigadores, bueno, a Cristina Fernández -titular del Registro Nacional de Información de Personas Menores Extraviadas- porque dijo que la madre de Candela demoró en hacer la denuncia; y así, por elevación y por supuesto, a todo el oficialismo. De Clarín, "ni mú", como dice ella cuando allí se refiere a los demás. 
Hasta ahí nada nuevo. Una vez más Clarín, es decir, Magnetto, a través de un soldado o lo que fuera, sin importarle otra cosa que sus propios negocios –y su libertad personal, claro-, se vale de cualquier cosa -así se trate de una tragedia intocable-, para pegarle al gobierno. Hasta ahí, Clarín el de siempre.
Pero es partir de ahí cuando se advierte el brote primero de la desesperación última.
Al cabo de dos párrafos iniciales, insustanciales y nerviosos, Kolesnicov gira desencajada, y entra a disparar sin distinguir.
Lueto de establecer que alguien ha decidio "matar al mensajero", pero sin poder informarnos quién, advierte -nos advierte-: “De manera viral, esta idea se desparramó por las redes sociales y las infinitas repetidoras del discurso oficial”.
Las redes asociales, todos sabemos “quiénes son”: la gente, nosotros, usted, y todos, cualquiera, bah. “Las infinitas repetidoras del discurso oficial”, ya son más difíciles de distinguir. ¿Será que se refiere a la Televisión Públca, por ejemplo, o a El Martiyo?...
No importa, ciega en su furia, cobramos todos. Al menos todos aquellos que no estamos con Clarín, claro. Los lectores cautivos -si no participan en redes sociales, o sí, pero no en contra de ellos-, seguirían cautivos.
Más abajo y más alarmada aún, Kolesnicov denuncia que han circulado por esas mismas redes ¡frases de Sacalabrini Ortiz!..
“En estos días circuló por las redes sociales una frase de Scalabrini Ortiz: "Un crimen, un robo, un asalto, un adulterio con homicidio son sucesos sin repercusión social, despreciables y previstos en el equilibrio colectivo. El delito mayor es darles una divulgación indebida, repartirlos por todos los ámbitos, redactados por plumas expertas en sensacionalismo...” Muchos clickearon “Me gusta”, avalando la idea de que delinquieron “más” quienes contaron la investigación que no supo detener la muerte de Candela que quienes apretaron su garganta y la metieron en bolsas de basura”.
Más allá de la verdad de Scalabrini, sorprende la tremenda capacidad de Kolesnicov para la conjetura fácil, que allí inmediatamente nos avisa el peligro supremo: “De ahí a la idea de que hay que regular queda un paso, y algunos ya lo han dado”.
¿Sería prudente censurar entonces las redes sociales que tan nerviosa la ponen?. Hay que decir que antes ya Hozni Mubarak y recientemente David Camerun consderaron la posibilidad inútilmente.
Pero no, la autora no se refiere a ella y a las redes sociales, sino a otras voces que ya estarían pidiendo algún tipo de control para el descontrol y la negligencia con que muchos de sus compañeros de redacción tratan o influyen en casos que puedan tener consecuencias fatales. Y eso sí que no.
Eso sería inadmisible, intolerable.
Antes que matar al cartero, mejor entonces matar a la gente... A todos esos insurrectos que dudan de la credibilidad de Clarín, y que de pronto te citan a Scalabrini o a Jauretche, y que de golpe te vienen con la verdad y con la justicia y con la ley de medios y el decoro y todas esas cosas que hasta ahora no hicieron ninguna falta... 
Basta.
Se acabó la leche de la clemencia, vuelven a gritar, ahora los soldados de Magnetto...
Derrotado, desesperado, enceguecido por el pánico que el 14 les dejó, invulnerable el oficialismo, ya destruida la oposición, ya por ellos mismos pisoteada, sin más Clarín por fin la embiste contra la gente, contra cualquiera, contra todos, qué importa ya más nada si la votan a Ella…
Era de esperar… hasta podríamos parafrasear aquél poema no menos trillado que el título de la KolesnicovPrimero vinieron por los ka, pero como yo no era ka… despuès fueron por las Madres, despuès por las Abuelas, después por Zaffaroni, al final por sus propios políticos, y ahora… ahora vienen por todos.
Ja.
Sería gracioso y hasta dramático si no fuera normal, pero suele ocurrir, ya lo dice La Biblia: "antes del quebrantamiento, es la soberbia".



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sábado, 3 de septiembre de 2011

DESTELLOS AJENOS. HOY: Blaise Cendrars.






Destellos Ajenos:

"Mil millones de individuos me dedicaron toda su actividad de un día, su fuerza, su talento, su ciencia, su inteligencia, sus costumbres, sus sentimientos, su corazón. Y he aquí que hoy, tengo el cuchillo en la mano. El Eustache de Bonnot. "¡Viva la humanidad!" Palpo una fría verdad que se suma a una hoja cortante. Tengo razón. Mi joven pasado deportivo tiene que bastar. Aquí estoy con los nervios tensos, los músculos estirados, dispuesto a saltar en la realidad. He desafiado al torpedo, al cañón, a las minas, al fuego, al gas, a las ametralladores, a toda la maquinaria anónima, demoníaca, sistemática, ciega. Voy a desafiar al hombre, mi semejante. Un mono. Ojo por ojo, diente por diente. Ahora será entre nosotros dos. A puñetazos, a cuchilladas. Sin piedad, salto encima de mi antagonista. Le doy un golpe terrible. La cabeza está casi separada. He matado al Boche. He sido más listo y más rápido que él. Más directo. He dado primero. Tengo sentido de la realidad, yo, poeta. He actuado. He matado. Como el que desea vivir."

Blaise Cendrars