////// Año XVº /// Editor Anónimo: Daniel Ares /// "Prefiero ser martillo que yunque", Julio Popper ///

martes, 3 de mayo de 2011

BARAK OBAMA Y EL SUEÑO AMERICANO: MATAR.



En una clara demostración mundial de terroristmo de estado, desconociendo a un mismo tiempo derechos internacionales y humanos, el ejército de EE.UU. invadió Pakistán, bombardeó una vivienda civil, y asesinó a todos sus ocupantes con la sola excusa de que adentro estaba Bin Laden, quien sin cadáver a la vista, se convierte así, técnicamente, en un desaparecido.
Barak Obama sin embargo está orgulloso.

EL HOMBRE DEL RIFLE




Nuestro superhéroe El Hombre Líquido, Barak Obama –hoy a favor del homicidio- se muestra desde ayer muy orgulloso de su ejército (el más poderoso del mundo), y de todos sus servicios de inteligencia mancomunados, pues apenas lanzada la orden de captura contra Osama Bin Laden, no precisaron más que diez años, dos guerras, varios países bombardeados, y cientos y cientos de miles de inocentes muertos, para por fin atrapar a un solo tipo.
Y atrapar es una concesión muy generosa del Martiyo, en realidad nada más lo cazaron, lo mataron.
Lo asesinaron.
Ni siquiera.
Técnicamente, Bin Laden está tan muerto como los desaparecidos del proceso. Una vez más ha de bastarnos la palabra de los enemigos a muerte de la víctima.
Extraña, claro… siempre ellos tan propensos a exhibir sus presas, desde los tiempos brutales de Ezra Pound, hasta el reciente Sadan Hussein pasando por el Che Guevara, y ahora de pronto, tan luego con el tan esperado Bin Laden… ¿ni una foto carné?, ¿nada?…. Extraña, claro…
Ezra Pound.
 Literalmente paseado
en una jaula.
Pero El Martiyo no duda: lo mataron, cómo no…
De una, sin salva de advertencia, ni ahí va la bala, nada…
Le cayeron de a montón y le tiraron con lo que tenían a mano, y chau…
¿Se lo merecía? El Martiyo no cuenta con los elementos suficientes para juzgarlo. De hecho ya no importa, tampoco le importó al gobierno de la superdemocracia americana. Lo mataron y listo. Lo desaparecieron y chau.
No hubo juicio justo,  no tuvo derecho a un abogado, a ninguna llamada, qué va. Já. Para eso está Hollywood, que se dejen de joder.
En una clara demostración mundial de que el terrorismo subversivo bien puede combatirse con más terrorismo de estado, el romántico líder de las mayorías racistas, Barak Obama (que de haber sido blanco tendría su imagen externa tan deteriorada como la interna), sin fijarse en gastos –ni en derechos inernacionales ni humanos-, desde sus sillón elécttrico de Wahisgnton, así nomás, ordenó invadir Pakistan y atacar a mansalva una casa con todos sus civiles adentro.
Bingo.
Strike.
Mataron a varios –que no importan nada- ¡pero también a Osama!, que vale mil puntos o más en el juego que jueban...
Aleluya-aleluya
God bless América.
“La venganza es mía”, dijo el Señor, y el Señor son ellos... parece.
Una pena que no lo hubieran hallado en una torre de 130 pisos así se le iba encima con  sus miles de ocupantes también y así la venganza cerraba redonda.
De cualquier forma desde la medianoche del domingo los festejos no cesan por las calles, ni más arriba tampoco. El presidente es aplaudido por legisladores incluso de la oposición. Resentimiento, ignorancia, delirio colectivo, síntoma claro de una sociedad moralmente devastada, los sociólogos tienen toda una vida por delante para explicar por qué los americanos festejan así un asesinato a sangre fría… (Ver Asesinos por naturaleza).
Mientras tanto, hay que decirlo, fue una gran semana para El Hombre Líquido.
Primero no tuvo ningún problema en humillarse y exhibir su partida de nacimiento para probar que es tan norteaamericano como cualquiera (pese al nombre, al padre, a su aspecto, y a que nació muy lejos de Norteamérica); sino que acto seguido, les demostró que él también, como buen norteamericano, es capaz de matar a distancia, otra que el hombre del rifle.
Todos están muy orgullosos, qué mierda...
No hay como asesinar para arrancar bien la semana.
God bless América.
El nuevo sherirff, sin embargo, no mencionó si el orgullo se extiende también a sus muchachos en Libia, que esta semana asesinaron con sus bombardeos pacificadores a un hijo y tres nietos de Kadafi, los tres menores de doce años… El boletín Democracy Now tiene a mal informarnos hoy que en la misma secuencia las fuerzas de la OTAN bombardearon también un jardín de infantes para niños down
Detalles al margen, lo que importa es la satisfacción del pueblo americano, su alegría, su unión, sus altos sentimientos patrióticos…
Si eso cuesta algunos cientos de miles de muertos, dos o tres guerras, varios países destruidos, generaciones de seres condenadas, y diez años de gastos militares siderales, no es para preocuparse, al contario…
Es para estar orgullosos.
Felices, cómo no….
¡Matamos!.. ¿qué más querés?...


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