////// Año XVIº /// Editor Anónimo: Daniel Ares /// "Prefiero ser martillo que yunque", Julio Popper ///

viernes, 8 de abril de 2011

¡COBOS ESTABA VIVO! ¿SE EQUIVOCÓ EL MARTIYO?...


El 2 de noviembre de 2010 anunciábamos antes que nadie el fallecimiento (político, pero qué otro importa acá) de Judas Cleto Cobos, viceprescindente de la nación. (Ver Una necrológica feliz).
Hoy nos dicen los diarios que sin embargo recién ayer Cobos renunció a la candidatura presidencial por la UCR, lo cual significa que aún estaba vivo, sí, aunque ya no...


 
EL MUERTO QUE VOLVIÓ A MORIRSE


El último 22 de marzo publicábamos un chiste de Borges que nos contara Ulises Petit de Murat cuando algunos diarios del mundo hacia 1980 anunciaron por error la muerte de aquel y entonces Ulises lo llamó para manifestarle su desagrado ante dicha noticia apócrifa. Apócrifa no, le respondió Borges, prematura, nada más.
Nosotros también: no fuimos apócrifos, apenas prematuros.
Después de traicionar uno por uno cada compromiso asumido en su vida política –primero con la UCR que le dio el ser, luego con el Frente para la Victoria que le dio su sola victoria, y sobre todo con el pueblo que le dio su voto-, por fin Cobitos se fue para siempre sin que nadie se lo impidiera, como quien se arroja desde un balcón ante el bostezo de los bomberos.
Roma no paga traidores, debió pensarlo antes.
Judas químicamente puro, no positivo, sí negativo, raro Ricardo Barreda que acabó preguntándose por qué los suyos ya no lo querían; la deshonra lo aisló de a poco, la soledad se lo comió despacio, su propia mediocridad hizo el resto, y ya ni a Magnetto le sirve para nada, triste fantoche despintado, baratija de un triunfo que fue derrota, espejismo de un país que se muere con él…
Pero cayó con las botas puestas, eso hay que decirlo.
Traidor de traidores, traicionó hasta el final, y en sus últimas palabras, dejó el epitafio que a la vez es tumba de todo su partido: “No voy a renunciar a mi cargo de vicepresidente, para demostrar que un radical puede terminar su mandato”:..
Dijo y partió.
Envuelto en una bandera de ultraje, uniéndonos a todos por fin, oficialistas y opositores, en un solo desprecio, le dijo adiós a nadie, y nadie le dijo adiós…
El Martiyo tampoco te saluda, Cobitos, pero se guarda sin embargo tu ejemplo inolvidable, la suerte del sorete impresa en letras de oro, los 30 dineros que valías apenas…


¿Quién es el boludo que está al lado de Magnetto?

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