////// Año XVº /// Editor Anónimo: Daniel Ares /// "Prefiero ser martillo que yunque", Julio Popper ///

jueves, 28 de octubre de 2010

MURIÓ KIRCKNER, el día despuès


EL DÍA DESPUÉS


En medio de la conmoción de todos, del dolor de muchos, y de la alegría callada por vergonzosa de otros tantos; son horas sin embargo muy preciadas para medir, en vista a las próximas elecciones, la exacta capacidad de hipocresía de los vivos en pugna.
En las próximas horas, y sólo por las próximas horas –como un raro eclipse, el fenómeno será efímero-, todos los electores del país podremos evaluar con precisión hasta dónde son capaces de mentir todos los candidatos, uno por uno… Las cosas que dicen, la cara que ponen, si se les rompe o no, si les queda algo adentro, o si son pura ambición y nada más. Como un raro eclipse, el fenómeno permitirá ver cosas que habitualmente no se ven.
Ahora es la hora de mirarlos a los ojos a todos esos que todos sabemos que hasta ayer a las nueve de la mañana se cocinaban juntos en la misma olla del odio, y que de golpe son obligados sin previo aviso a mostrar respeto, valoración, reconocimiento… los hay que incluso ya deslizan afecto.
Cobos, Bergoglio, Macri, Biolcatti, la Carrió, es decir: Clarín, La Nación,  la Sociedad Rural, la Iglesia Católica, las instituciones y sus hombres que disftrazados de oposición más bien se dedican al sabotaje; es una buena hora para mirarlos a los ojos a todos cuando nos cuentan ahora su dolor, su consternación, su conmoción…. su hipocresía.
Desde luego nadie espera que en un gesto de inesperada honestidad festejen en público…pero ya vemos algunos más sobrios, que se limitan resignados a la manifestación protocolar y punto; y otros que no, otros que sin ninguna demora adoptan la forma del recipiente que los contiene, se cuelgan la cara 58, y le dan para adelante con el dolor y el respeto y el recondimento que bien sabemos todos que no sintieron ni sienten ni sentirán jamás.
De golpe fueron todos descubiertos.
Un hecho político del tamaño de una tragedia nacional, los dejó al descubierto.
Pueden mentir, pero ya no ocultarse. Al contrario: ahora cuanto más mientan, más expuestos quedarán.
Es raro. Es como un eclipse.
Por unas horas otra luz nos dejará ver bien las caras y las caretas, la congoja sincera, el sincero respeto, el quién es quién en carne viva….
Una oportunidad rara y preciosa en pleno desconcierto y en vista a las próximas elecciones.
Como una gauchada póstuma de este varón singular.              




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